sábado, 25 de junio de 2011

La claúsula


La Asociación Social Despertares era uno de esos típicos clubes de pueblo que tanto abundan en nuestro país. Ubicado en General Acha, La Pampa, había sido fundado en el año 1946 por inmigrantes alemanes, bajo el lema "El trabajo hace libre". Si bien el club empezó como un recinto donde los teutones se reunían a hablar sobre sus vivencias en el tercer reich, pronto fue creciendo y a mediados del año '64 el club ya contaba con una cancha de bochas, un bar, un campo de hockey, un campo de polo y un campo de fútbol, además de un gran albergue donde los deportistas, tanto locales como visitantes, podían concentrarse previo a las competiciones.
Despertares alcanzo su máximo esplendor en materia futbolística en el año '81, donde quedo en el tercer lugar del Torneo Argentino A, perdiendo la promoción para subir al Nacional B. Se mantuvo varios años en el Argentino A, promediando entre el 4to y 9no puesto, sin poder nunca avanzar de categoría.
En el año '89, el club vivió una de sus elecciones presidenciales mas reñidas, donde el candidato Juan Carlos Castillo ganó la elección por una diferencia de 16 votos con respecto a su oponente, Jürgen Aschemager, acabando de esta forma con 43 años de dirigencia alemana.
Pero pareciera que con los alemanes se fue la gloria; en el año '90, el equipo de fútbol descendió al Agentino B, para luego descender al Argentino C en el '91, y terminar en el año '92 en la ultima posición de la liga de fútbol regional.
Al parecer, Juan Carlos "secarropas Kohinoor" Castillo (cuyo apodo había recibido por su extraña costumbre de mezclar el cinzano con fernet en dicho electrodomestico) no era un dirigente excepcional, sino todo lo contrario. Se rumoreaba en los pasillos del club que durante su gestión se había gastado todos los fondos del tesoro del club en mujeres y juerga. El año 1993 era el ultimo de su mandato de cuatro años, y, aunque parezca increíble, Castillo soñaba con la reelección. Las elecciones se disputaban en septiembre, es por eso que apenas empezado el año se reunió con sus asesores mas cercanos buscando limpiar su imagen.
"Tenemos que poner el equipo de nuevo en el Argentino A" dijo uno (valga aclarar que para eso tenia que ascender al Argentino C y luego al B).
"Pero estamos últimos en la liga regional. Para eso hay que campeonar y ascender al Argentino C" dijo Castillo.
"Hay que traer un jugador que motive a la gente, que nos dé el campeonato y que sea el caballito de guerra de esta gestión, solo así podemos empezar a hablar de una reelección" dijo otro de los allegados a Castillo.
"Quiero a todos trabajando las 24 horas para conseguir ese jugador" exclamó Castillo.
Fue así como los que más entendían de fútbol se pusieron a recorrer la región, buscando aquel jugador que les dé la reelección.
Un mes había pasado y aun nada. Todos los jugadores que había en La Pampa eran uno más del montón, nada que se destaque.
Una tarde de abril, uno de los asesores de Castillo se encontraba tomando un café en un bar de la ciudad de La Banda, Santiago del Estero. Había viajado hasta allí por negocios con otro de los asesores.
Un hombre mayor, de unos 72 años, los escuchaba hablar de fútbol y de su necesidad de encontrar un crack para su equipo, e interrumpió la conversación. "El pibe Rodriguez" dijo el setentañero, mientras los dos asesores de Castillo lo miraban desconcertados. "Es el mejor jugador que vi en mi vida" agrego el viejo. "Juega en Ferroviario, un equipo de Anatuya, vayan a verlo" finalizo el anciano, mientras se retiraba del bar sin pagar los cuatro camparis que se había tomado.
Los hombres de Castillos estaban desconcertados. No sabían que hacer.
"No nos vamos a guiar por lo que dice un viejo borracho" dijo uno, a lo que el otro agregó "No perdemos nada. Recorrimos toda La Pampa y no encontramos un jugador como la gente, aprovechemos que estamos acá en Santiago y vamos a verlo". Y fue así que al día siguiente emprendieron el viaje hacia Anatuya.
Llegaron hasta las puertas del club Ferroviario de dicho pueblo, donde los recibió el canchero.
"Estamos buscando a un pibe, un futbolista, se apellida Rodriguez", dijo uno de los hombres de Castillo.
"¿A cual de los dos?" pregunto el canchero.
Los asesores del nefasto presidente del club Despertares se miraron confundidos.
"¿Hay dos?" preguntó uno.
"El que mejor juega a la pelota" dijo el otro.
"Ah, si, Gerardo, una joyita realmente ¿No nos querrán sacar a nuestra gloria, verdad?" bromeó el canchero, que los invito a pasar hasta la canchita de basket que tenía el club. Ahí estaba Rodriguez, pateando desde uno de los aros hasta el otro, intentando embocar una pesada pelota de basket. Los asesores de Castillo lo observaron durante un rato. Metio 9 de 13 pelotas que pateó. Estaban anonadados.
"No se como jugara, pero pegar, le pega bien" dijo uno. En ese momento el pibe Rodriguez los divisó, y dejando de lado la pelota, se dirigió hacia ellos.
"Te vinimos a hacer una oferta" dijo uno de los asesores.
"Si, queremos que juegues para nosotros en La Pampa, te damos casa y comida, y unos pesos para que los gastes en lo que quieras" dijo el otro.
Sin pensarlo mucho, el pibe Rodriguez aceptó. Pero puso una condición: "Tienen que contratar a mi hermano también" dijo el pequeño futuro crack.
Los hermanos Rodriguez eran mellizos. Toda su vida se la pasaron pateando una pelota. Gerardo era realmente muy buen jugador. Tenia todo; gambeta, pegada, velocidad, todo. Pero estaba Cristian, que lo único que podía hacer con una pelota era alcanzársela a otro compañero con las manos, y tampoco lo hacia del todo bien.
"Vamos a probarlos" le dijo un asesor al otro.
Así fue que fueron a la cancha mayor del club Ferroviario de Anatuya a ver que pasaba con estos pibes.
Gerardo deslumbraba. Era el futuro Maradona, la estrella tapada que tenía el país. El voto a favor de Castillo. Los asesores no tardaron en decirse "Lo llevamos". Pero Gerardo no se iba a ir sin su hermano Cristian, que cada pelota que le llegaba a los pies le rebotaba, la pisaba y se caía, no servía para nada.
"Cristian tiene que jugar lo mismo o más que yo. Si hay un cambio, primero salgo yo, y despues mi hermano" dijo Gerardo.
Los hombres de Castillo se alejaron un poco para charlar, mientras los pibes seguían pateando.
"El pibe es muy bueno, nos va a salvar a todos. Pero el hermano nos va a mandar a la horca si lo ponemos en la cancha" dijo uno. "No nos queda otra. Ya llegamos hasta acá, no nos vamos a ir con las manos vacías" dijo el otro. "Señor Castillo ¿como le va?" hablaba por teléfono uno de los asesores. "Encontramos un jugadorazo. Es más, encontramos dos". "Tráiganlos ya mismo" respondío Castillo.
Llegó el día del debut para los hermanos Rodriguez. El pequeño estadio de Despertares estaba colmado, no cabía un alfiler. El presidente Castillo había vuelto a ir a la cancha luego de dos años, para hacerse eco de las nuevas promesas que traía. Todo General Acha estaba pendiente de lo que hicieran los hermanos Rodriguez.
El director técnico, que sabía de las grandes cualidades de Gerardo, y de las pocas luces de Cristian, había reunido al equipo un rato antes que a los mellizos.
"Miren muchachos, la cosa es así" dijo el DT. "El que tiene la 10, juega solo, es lo mejor que van a ver adentro de una cancha. Pero el que tiene la 4, no la puede tocar ¿Me entendieron? Que no le llegue ni una pelota al 4".
Salieron los equipos a la cancha. Despertares jamas en su historia había sido recibido de la forma que su gente los estaba recibiendo esa tarde. La esperanza de volver a ser aquel gran equipo de La Pampa estaba en cada uno de los corazones de sus simpatizantes. Se jugaba el clásico zonal: Despertares vs Acha Juniors. El historial entre ambos estaba empatado, es por eso que los dirigentes de la liga regional habían puesto como premio para el equipo que ganara el partido un gran trofeo, ademas de un jugoso premio en efectivo para el club que saliera victorioso.
Sonó el silbato del referee y el grito del estadio fue tal que se escucho a 3 kilometros.
Había salido con la pelota Acha Juniors, a través de los pies de su numero 7. Pero cuando tuvo que vérselas cara a cara con el numero 10 de Despertares, Gerardo, este le sacó la pelota y salió disparado hacia el campo rival. Esquivó a toda la defensa, uno por uno, y cuando estuvo frente al arquero, sacó un violentísimo remate, que el arquero nunca se entero por donde había pasado. Para fortuna de Acha Juniors, el tiro pegó en el travesaño y salió de la cancha. El pibe Rodriguez ya estaba empezando a demostrar porque lo habían traído desde Santiago.
El desarrollo del partido fue bastante aburrido luego de la acción que había tenido como protagonista a Gerardo. Estaba muy trabado en el medio, algo común en ese tipo de encuentros.
La primera mitad terminó sin gritos. Lo único emocionante había sido la jugada en el minuto uno de Gerardo, que era lo único que mantenía a la gente en el estadio, puesto que el partido era demasiado aburrido. Por su parte, Cristian, el otro Rodriguez, ni la había tocado. Sus compañeros (excepto su hermano, claro) estaban más preocupados en que éste no la toque que por generar juego.
El segundo tiempo empezó de igual manera que la que había terminado el primero; trabado en el medio, prácticamente sin nada. Cerca de los 27 minutos del complemento, llega un centro por la derecha por parte del numero 7 de Acha Juniors. El centro no era muy bueno, ademas, ningún compañero del 7 rival había entrado a cabecear. Era una pelota fácil, para bajarla y salir jugando. Pero esto no paso, puesto que quien estaba para recibir este centro era Cristian, que cabeceo muy mal la pelota hacia atrás, casi colgando al arquero, que con la yema de sus dedos la pudo mandar al corner. La primera pelota que tocaba "el otro Rodriguez" casi termina en un gol en contra. El DT estaba como loco, se cansó de gritarle. Pero Cristian parecía no escucharlo. El técnico se dio vuelta y le dijo a uno de los suplentes: "anda a calentar que a este perro lo saco ya mismo". Gerardo escucho esto. por lo que se acerco al banco y le dijo al DT: "vos sacás a mi hermano y yo me hago echar". Al DT no le gustó para nada esta actitud de Gerardo. Si fuera por él sacaría a los dos. Pero sabía que si sacaba a Gerardo, el presidente y toda la comisión directiva lo lincharía. Es por eso que masticó bronca y no volvió a gritarle a Cristian.
El partido estaba por terminar. Iban unos 42 minutos y parecía que ni siquiera la habilidad de Gerardo iba a torcer el resultado. Ambos equipos se habían resignado ya al empate y a dividir el premio.
Pero en una jugada por la izquierda del 10 de Acha Juniors, en la que gambeteo a dos defensores, éste tiró un pase atrás para el 9, que remato con furia y milagrosamente el numero 1 de Despertares pudo sacar al corner. La jugada de más peligro de todo el partido, mas aun que la de Gerardo en el minuto 1.
El 10 de Acha Juniors se paró frente a la pelota para ejecutar el tiro de esquina. Dio un par de indicaciones a sus compañeros y le pego al balón. El centro era bueno, pero el numero 2 de Despertares pudo rechazar de cabeza, hacia casi la mitad del campo, donde el 5 de Acha Juniors remató, desde unos 40 metros, y muy mal, haciendo que la pelota vaya lenta y sin peligro. Sin peligro para un jugador normal. Pero no para Cristian Rodriguez, que desesperado trato de pegarle a la pelota, mientras sus compañeros le gritaban "¡dejala, dejala!¡es del arquero!". Pero Cristian no hizo caso a esto e intentó rechazarla de puntín. Pero Cristian le pego tan mal, que en vez de salir hacia delante el esférico, salio hacia atrás, elevado, mientras el numero 1 de Despertares la seguía con la vista, implorando que se vaya afuera. Pero nadie escucho las plegarias del arquero local, mientras veía como la pelota se metía en el ángulo, acariciando suavemente la red. GOOOOOOLLLLLLL, gritaron las aproximadamente 130 personas que había llevado Acha Juniors al estadio de Despertares.
El vaso de cinzano con fernet que tenía en su mano el presidente Juan Carlos Castillo terminó destruido en el piso, mientras que su portador veía escapar su relección.
Ese fue el primer y ultimo partido de los hermanos Rodriguez en Despertares, las únicas dos pelotas que había tocado Cristian habían sido una casi gol, y la otra, gol, pero en contra de la propia valla. Es por eso que todos consideraron que el remedio era peor que la enfermedad, ya que preferían seguir como estaban, sin un crack como Gerardo, antes que tener que poner a Cristian.
El presidente Castillo y su comisión directiva tampoco durarón mucho más en el club. Al día siguiente del partido todos presentarón la renuncia, y a Castillo nunca más se lo volvió a ver por los pasillos de Despertares, ni por General Acha.
En su lugar asumió un alemán, Heller Schmutz, para seguir con las glorias cosechadas por los teutones a lo largo de casi toda la historia de Despertares.
Tiempo después, uno de los ex asesores de Castillo, que había pasado por Anatuya por negocios, se cruzó con Cristian Rodriguez. "¡Eh! ¡Pibe! ¡Cristian!" le gritó éste, pero el jovén Rodriguez no contestó.
"Ni te gastés" dijo un lugareño. "Ese pibe es sordo".


PCR

¿Que es esto?

...se estará preguntando usted. Pues, nosotros tampoco lo sabemos. Así que le proponemos lo siguiente: nosotros escribimos relatos ficticios sobre lugares y personas que no existen (o si) y usted los leerá ¿Estamos de acuerdo?